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La contextualización de nuestra producción científica es un buen ejemplo de hacer de la necesidad, virtud. Es gracias a ella que hemos podido crear el entramado teórico necesario para acoger los esfuerzos de los creadores actuales necesitados de la formalización académicamente aceptada sobre el conocimiento de su propia obra, del entorno geográfico, social e histórico en el que se ha producido y los adelantos e innovaciones técnicas de sus disciplinas; todo ello es lo que conforma el contexto de la investigación.
Es por esto, por lo que esta necesidad de formalización de nuestro esfuerzo investigador, ha conseguido la virtud de crear la comunidad necesaria para ir dirigiendo esfuerzos y trabajo, sabiendo perfectamente que la multiplicidad de ojos e intelectos de los que formamos parte, son capaces de indicarnos nuestros fallos, equivocaciones y errores. Pero También podrán beneficiarse de los hallazgos  y aportaciones que ofrecemos al público interesado en nuestras dilucidaciones.