El dibujo, más allá de ser un lenguaje expresivo en el ámbito artístico, puede ser es el canal por el que nuestro pensamiento gráfico se materialice. Como tal, son múltiples las funciones que podemos encontrar en él, sobre todo a la hora de ser el instrumento capaz de moldear esas primeras ideas informes, que ni con palabras podemos definir en un primer estado. Pero también es el modo por el que podemos poner en orden nuestra mente y aterrizar conceptos que, en primera instancia, no sabemos ni lo que significan.