Este proyecto se fraguó con la idea de experimentar, a partir de una exposición colectiva, dónde empieza
y acaba la creatividad del comisario. Como punto de partida nos presentaba una contradicción, por un lado,
dejar plena libertad al artista y por otro, marcarles unas premisas concretas. Lógicamente detrás de todo ello había un relato conceptual marcado y exigido por el comisario que podía influir en la creatividad de los artistas por lo que cabía plantearse una serie de preguntas ¿Esta creatividad queda mermada o adulterada por la labor del comisario? ¿Puede este modificar o multiplicar el significado o tal vez lo diluye?,¿Quién da la última pincelada a la obra, el artista, el comisario o tal vez un tercer elemento, el espectador?