En el marco de la Segunda Ola del movimiento feminista en Estados Unidos se generó una adhesión entusiasta de artistas en torno a lo que se denominará Movimiento de la Diosa1.
Las hipótesis de la arqueóloga Marija Gimbutas, sobre la existencia en la Europa neolítica de sociedades matricéntricas, igualitarias y pacíficas que profesaban cultos a deidades femeninas, alentó a una generación de artistas que, más allá del debate arqueológico, vio un espacio en el que crear su propio código mítico espiritual y simbólico, y una respuesta a la devaluación que los monoteísmos modernos habían ejercido, y ejercen, de lo femenino. Este ensayo propone el abordaje mitopoiético de la práctica artística —esto es, la revisión creativa de los mitos—, como medio en el que contribuir, desde la Escultura contemporánea, a la deconstrucción del paradigma dual que determina las relaciones entre las personas y como aporte a la espiritualidad feminista.