Resumen.
Acercándonos al pensamiento de Gilles Lipovetsky obtenemos la brújula que nos sostiene la mirada en un mundo, el de la creatividad y la vivencia del arte en general, con tendencias a la endogamia y la autoreferencialidad. Sólo desde la verdad se puede reconstruir un proyecto educativo sin la ilusión autocomplaciente. Hoy en día la creatividad y la expresión artística están vehiculadas por el monopolio del capitalismo artístico. Esta sociedad estructura ese sentido narcisista a través de algunas claves como son: la seducción continua, la pura indiferencia, la estrategia del vacío, el radical individualismo del posmodernismo, la metapublicidad caracterizada por las modas líquidas y la perspectiva humorística de la propia conciencia, de lo religioso, de las instituciones y por último, las violencias modernas como instrumento no que equilibrio sino de gratuita expresión. El capitalismo no sólo ha estetizado nuestro entorno, sino que también ha sabido estetizar nuestro alma, en tanto que consumidores.